La moda es una industria que en las últimas décadas ha tenido un gran impacto en la economía mundial y esto es principalmente porque está estrechamente relacionada con la identidad y el comportamiento de las personas.
Desde la antigüedad la moda era un privilegio de las élites pues mediante la vestimenta comunicaban estatus social, rango y linaje, sirviéndose de los tejidos, colores, accesorios y símbolos para poder transmitir esta información que estaba muy asociada con la idea de poder.
En el Siglo de la Luces, la moda saltaría de las cortes a las calles como un pasatiempo para quienes pudieran permitirse pagarlo; pronto el mercado comenzó a expandirse hasta convertirse en un fenómeno de masas, ayudando a reducir paulatinamente sus costos haciéndolo más asequible para la población.
Con la llegada de la revolución industrial las fábricas comenzaron a generar más prendas que las que podía producir un sastre, aumentando el consumo de ropa. Posteriormente aparecería la alta costura que retomaría la confección de prendas a medida y pondría a la venta concesiones de sus prendas para que fueran reproducidas de manera más económica para el resto del mercado evitando así el plagio.
Junto con la democratización de la industria de la moda llega el Pret-a-Porte una tendencia en moda que busca fabricar prendas de menor calidad y en serie para reducir sus costos, sin embargo, los precios aún son elevados y éstas suelen ser aún muy poco accesibles para la mayoría.
El paso siguiente para democratizar la moda sería el Fast Fashion una tendencia que promovería la compra de ropa de manera masiva inspirada en el Pret-a-Porte; los modelos de las pasarelas rápidamente serían trasladados a las tiendas haciendo aun lado el lujo y la exclusividad para transformarse en accesible y pasajera.
El Fast Fashion, se centra principalmente en producir a gran escala y sustituir rápidamente una tendencia con otra a precios muy bajos. Sin embargo, con la masificación de la producción se han generado graves problemas ambientales y sociales, entre ellos la sobre explotación de los recursos naturales y la contaminación del medioa ambiente, así como, la deslocalización de la producción para confeccionar a costos muy bajos.
La mano de obra con la que estas prendas son producidas se hace en un entorno de explotación laboral, ya que para reducir sus costos llevan la producción a países de tercer mundo y pagan el trabajo a ínfimos costos, propiciando entornos laborales clandestinos en condiciones inseguras y no reguladas.
Sin duda el fast fashion, es el responsable de que la industria de la moda se haya transformado en la segunda más contaminante en todo el mundo pues ha promovido una forma de consumo de usar y tirar de manera desmesurada su producción se duplico entre los años 2000 y 2014 de acuerdo a datos de la ONU.
Queda claro que el mercado de la moda produce mucho más de lo que el medio ambiente puede asumir, tan solo las tiendas de fast fashion manejan alrededor de 50 colecciones al año cuando usualmente se manejaban dos colecciones que corresponden a primavera- verano y otoño-invierno.
Esta nueva manera de consumir la moda lejos de ser un bien de consumo para las masas es desechable y sumamente efímera con un gran costo social y ambiental.